sábado, julio 09, 2005

Opinión sobre "La búsqueda de la perfección"

Post original de Ernestina La Misántropa

La belleza es, probablemente la cosa más relativa del mundo.
¿Por qué? por que no se genera en el objeto sino en quien lo experimenta. Lo que a tí te parece bello puede no serlo tanto para tus amigos, o serlo pero de una manera distinta.
El concepto grecolatino de belleza se cifra en la regularidad, en la simetría y en el orden.
Pero esa idea ha ido profundizándose a lo largo de siglos. La idea de lo bello se ha expandido a tal grado que los límites entre la belleza y la fealdad se desdibujan por completo, ¿acaso no puede considerarse bello un cuadro de Egon Schiele?, quizás no en el mismo sentido en que es bello un Rubens (con sus damiselas regordetas y lozanas) o las fotos de Terry Richardson para Sisley, cuyas modelos están al borde de la anorexia.
El rostro de Dora Maar quedó deformado para siempre por el pincel de Picasso, pero esa deformación es uno de los retratos mas bellos que he visto, y eso que las aletas de la nariz están separadas, y que manchas de colores brillantes definen los volúmenes, y que un ojo está presentado de perfil y el otro de frente…
Ríos de tinta han corrido tratando de taxonomizar y categorizar las características que hacen bellas o feas las cosas sin que realmente se haya llegado a un consenso significativo. Pero eso es bronca de los estetas.
En el caso de la belleza y el atractivo humanos, yo creo que el asunto es todavía más complejo e inasible.
Dando por sentado que la belleza física es condicionada por variantes infinitas (sociales, culturales de género, geográficas y hasta socioeconómicas), el atractivo que una persona pueda tener es el resultado del armado de un rompecabezas; acaso una gestalt, pues siempre partimos de algo, siempre hay algo que nos atrae de una persona, lo demás lo completamos nosotros mismos. Las piezas de ese rompecabezas son todas esas condicionantes y un proceso mental en el que intervienen los siguientes factores:
– Las famosas pulsiones de Freud: Los modelos mentales que tenemos de la vida y la muerte, y todas sus implicaciones psicológicas y biológicas en nuestro comportamiento.
– Configuración particular del complejo de Edipo y Electra: Es un hecho ineludible, una parte importante del ser amado debe poseer características (elegidas siempre de manera arbitraria por nuestro inconsciente) del primer modelo que tenemos en la vida de seguridad y protección: nuestros propios padres.
–A esa decisión inconsciente de que el ser amado tiene que tener algo de nuestros progenitores, se le agregan rasgos físicos o de conducta que:
a)nos han ido gustando de nuestras parejas anteriores: la manera en que fulanita frunce la nariz, los ojos o la barba de fulano, la complexión y la altura, etc.
b) hemos seleccionado de los estereotipos con que nos bombardean los medios publicitarios y el cine: que las mujeres sean rubias, o altas o bajas, delgadas o gorditas, que los hombres tengan barba y pelo en pecho, que sean altos o bajos, bronceados y musculosos, o palidos y esmirriados, etc.
–Una coyuntura histórica: Es decir, un conjunto de factores que propician el que en ese momento y en ese lugar, te guste un determinado tipo de persona.
Para hacerlo mas complejo aún, estos factores a menudo se intercondicionan.
Spooky huh?
Que deduzco de toda esta perorata?
Que el hecho de que te guste alguien o que tú les gustes a alguien, es una cosa matemáticamente irrepetible y frágil, y a la larga deja de tener que ver con la pura atracción física (aunque es parte decisiva).
Sin embargo el matrimonio entre la carne y la conducta, entre cualidades y defectos nunca deja de funcionar como unidad, pues siempre interactúan para hacer del ser amado una cosa totalmente irresistible. Pensar que lo que nos hace interesantes son nuestros defectos o nuestras cualidades es ver solo la mitad de las cosas, siempre es la sutil mezcla de ambos.
Cierro mi comentario con una cita de Memorias de Adriano:

"El cuerpo es una nube de sangre y carne, y el alma su relámpago"