lunes, septiembre 19, 2005

Efemérides

Querido e improbable público:
Un día como hoy, pero de mil novecientos ochenta y cinco, un titipuchal de gente perdió la vida durante el terremoto que sacudió a la Ciudad de México.
Ese mismo día su servilleta se encontraba desayunando una conchota con chocolate antes de salir a la escuela; su madre lo detuvo en la puerta pues todo empezó a moverse de una manera sospechosa. El jaleo que se armó fué tal que las clases se suspendieron.
Con la inconsciencia propia de la edad, al pequeño Ogro le pareció un verdadero golpe de suerte que temblara ese preciso día, pues pudo quedarse en cama a celebrar su cumpleaños.

Hoy me echaré unos güisquis a la memoria de toda esa pobre gente que murió en aquella pesadilla, pero también a mi salú. Sugiero que hagan lo mismo desde donde estén.
Se aceptan regalos monetarios.

2 Comments:

At 10:19 a.m., Blogger pato said...

tambien fue mi cumple ese día!!! que tal lo festejaste? ya tiene mucho que leo tu blog y no lo encontraba, ya lo guarde en mis favoritos ;)

 
At 12:33 p.m., Blogger El Ogro said...

Gracias por la inclusión y por las felicitaciones.
Que coincidencia tan más rara...
Un pato y un ogro nacen el mismo día con un año de diferencia...
Ese día me la pasé bastante tranquilo, cené en casa de unos amigos, cocinaron un plato argentino muuuy rico y bebimos y tal.
Tendría que haber celebrado un poco más en grande, pero no tenía $ ni muchas ganas que digamos.
En fin, gracias por la visita y vuelve pronto –fórmula protocolaria común que en este caso aplicaba y aplicó– ;)

 

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