miércoles, octubre 12, 2005

A propósito del Descubrimiento...

Empezaré diciendo que la poesía y las fiestas 'patrias' son dos de las cosas que más odio.
Sin embargo, para celebrar (¿?) el Día de la Raza, rebautizado en la era de lo políticamente correcto como "Día del Encuentro", transcribiré mis versos favoritos de una larga poesía de Amado Nervo que solían leerme cuando era niño.


La Raza de Bronce

[…]
II

Aquella tarde, en el Poniente augusto,
el crepúsculo audaz era en una pira
como de algún atrida o de algún justo;
llamarada de luz o de mentira
que incendiaba el espacio, y parecía
que el sol al estrellar sobre la cumbre
su mole vibradora de centellas,
se trocaba en mil átomos de lumbre,
y esos átomos eran las estrellas.

Yo estaba solo en la quietud divina
del Valle. ¿Solo? ¡No! La estatua fiera
del héroe Cuauhtémoc, la que culmina
disparando su dardo a la pradera,
bajo del palio de pompa vespertina
era mi hermana y mi custodio era.

Cuando vino la noche misteriosa
—jardín azul de margaritas de oro—
y calló todo ser y toda cosa,
cuatro sombras llegaron a mí en coro;
cuando vino la noche misteriosa
—jardín azul de margaritas de oro—.

Llevaban una túnica esplendente,
y eran tan luminosamente bellas
sus carnes, y tan fúlgida su frente,
que prolongaban para mí el Poniente
y eclipsaban la luz de las estrellas.

Eran cuatro fantasmas, todos hechos
de firmeza, y los cuatro eran colosos
y fingían estatuas, y sus pechos
radiaban como bronces luminosos.

Y los cuatro entonaron almo coro...
Callaba todo ser y toda cosa;
y arriba era la noche misteriosa
jardín azul de margaritas de oro.

III

Ante aquella visión que asusta y pasma,
yo, como Hamlet, mi doliente hermano,
tuve valor e interrogué al fantasma;
mas mi espada temblaba entre mi mano.

—¿Quién sois vosotros, exclamé, que en presto
giro bajáis al Valle mexicano?
Tuve valor para decirles esto;
mas mi espada temblaba entre mi mano.

—¿Qué abismo os engendró? ¿De qué funesto
limbo surgís? ¿Sois seres, humo vano?
Tuve valor para decirles esto;
mas mi espada temblaba entre mi mano.

—Responded, continué. Miradme enhiesto
y altivo y burlador ante el arcano.
Tuve valor para decirles esto;
¡mas mi espada temblaba entre mi mano...!

IV

Y un espectro de aquéllos, con asombros
vi que vino hacia mí, lento y sin ira,
y llevaba una piel sobre los hombros
y en las pálidas manos una lira;
y me dijo con voces resonantes
y en una lengua rítmica que entonces
comprendí: —«¿Que quiénes somos? Los gigantes
de una raza magnífica de bronces.

»Yo me llamé Netzahualcóyotl y era
rey de Texcoco; tras de lid artera,
fui despojado de mi reino un día,
y en las selvas erré como alimaña,
y el barranco y la cueva y la montaña
me enseñaron su augusta poesía.

»Torné después a mi sitial de plumas,
y fui sabio y fui bueno; entre las brumas
del paganismo adiviné al Dios Santo;
le erigí una pirámide, y en ella,
siempre al fulgor de la primera estrella
y al son del huéhuetl, le elevé mi canto.»

V

Y otro espectro acercóse; en su derecha
levaba una macana, y una fina
saeta en su carcaje, de ónix hecha;
coronaban su testa plumas bellas,
y me dijo: —«Yo soy Ilhuicamina,
sagitario del éter, y mi flecha
traspasa el corazón de las estrellas.

»Yo hice grande la raza de los lagos,
yo llevé la conquista y los estragos
a vastas tierras de la patria andina,
y al tornar de mis bélicas porfías
traje pieles de tigre, pedrerías
y oro en polvo... ¡Yo soy Ilhuicamina!»

VI

Y otro espectro me dijo: —«En nuestros cielos
las águilas y yo fuimos gemelos:
¡Soy Cuauhtémoc! Luchando sin desmayo
caí... ¡porque Dios quiso que cayera!
Mas caí como águila altanera:
viendo al sol, y apedreada por el rayo.

»El español martirizó mi planta
sin lograr arrancar de mi garganta
ni un grito, y cuando el rey mi compañero
temblaba entre las llamas del brasero:
—¿Estoy yo, por ventura, en un deleite?,
le dije, y continué, sañudo y fiero,
mirando hervir mis pies en el aceite...»

Callaba todo ser y toda cosa;
y arriba era la noche misteriosa
jardín azul de margaritas de oro.

Declamada por Amado Nervo ante la Cámara de Diputados en 1902, en honor a Juárez.

8 Comments:

At 6:51 p.m., Anonymous Anónimo said...

No, pues si esa es la poesía que lees, y si esa poesía es tu referencia de las Fiestas Patrias, no dudo de que odies a ambas. De hecho me acaba de provocar lo mismo.

Saludos, oh ínclito literato que portado en las leves más enérgicas alas de Euterpe te elevas hasta los celestes frisos de cúmulos nimbos para con estentórea voz denunciar la trepidante masa de la estulticia mundana a través del vocablo sencillo, la oración precisa y la mordiente precisión, sin recurrir a retóricas pirotecnias ni reverberancias de arco voltaico, las cuales enturbian el prístino cauce del razonamiento y oscurecen el claro sentido del divino don del discurso.

Por cierto, algo de Juan de Dios Peza no tenías, ya que estamos?

Mejor encendamos unas varitas de quevedo para desgongorizar el ambiente....


Salut!

 
At 7:26 p.m., Blogger El Ogro said...

Y si, más o menos la culpa de mi odio a la poesía es de toda esa colección de ladrillazos escuchados ad ovum como el que he puesto en este post.
El odio a las fiestas patrias contrario a lo que pueda pensarse no tiene demasiado que ver con el pernicioso contacto mencionado.
De Juan de Dios Peza me salvé hasta la secundaria.

 
At 7:28 p.m., Blogger El Ogro said...

Huy, y por decoro no puse la poesía completa, la mejor parte es cuando casi visualizas a amado nervo besándole los cojones a juárez...
Really shocking.

 
At 6:16 p.m., Blogger El Ogro said...

Si es verdad. Creo que estoy cometiendo una injusticia.
Tengo que admitir, por principio de cuentas que tampoco he puesto demasiado interés en ello.
lo primero que leí de Joyce fué un pequeño librito de poemas, mismo que me sirvió como puerta de entrada al gran laberinto de su prosa.
Los textos que recogen el folklore céltico, galés e ibernés me llevaron a Keats, las pocas cosas que leí de su trabajo poético también me gustaron mucho.
Poetas americanos ahí si no conozco a nadie fuera de ginsberg y bukowski.
Deberías recomendar cosas que te gusten. Pessoa quizás?

 
At 2:50 p.m., Anonymous Anónimo said...

En realidad lo detestable es el circo institucional. La historia municipalizada y en ficheros con tres copias en solemne carpetas de cuero negro y "sufragio libre no reelección" al pié. La forma antes que el hecho (helecho). Helechos de bronces al pié de egregios caballos de próceres cubiertos de caca de paloma... Y en la poesía igual. La muy celebrada "Silva a la Agricultura de la Zona Tórrida" tiene para mí tanto de poético como el último informe de gobierno. De hecho cumple las mismas funciones.

La poesía está en otro lado... La letra de ciertos tangos, cosas de Lorca, Girondo... hablando de eso, entre ciertas cosas en verso y la poesía hay para mí tanta diferencia como entre los textos de Girondo y "El Lado Oscuro del Corazón".

 
At 7:55 p.m., Blogger El Ogro said...

El tan temido subielazo...
Si bien no me gusta la poesía en su acepción literaria –y no literal– creo en la poesía que se esconde detrás de las cosas.
Su cualidad más poderosa es esa capacidad que tiene de agazaparse detrás de lo anodino y lo ordinario para brincarle encima al incauto, por tal razón la poesía escrita se me hace un poco obvia. Pornográfica digamos.
No le quito ningún mérito, pero prefiero aquella que vive dentro de la prosa prosaica, de un tango de piazzola sin voz –aunque adiós nonino sin canto no es nada–, de un giacometti, no sé...
No estoy peleado con la poesía, es solo que me gusta más la que no se presenta como cuerpo de las cosas.
Esa poesía que está en otros lados, como dices tú.
Y sí, lo que da asco de las fiestas patrias es todo ese aparato institucional que esteriliza a los próceres volviéndolos objetos de culto inocuos. Incapaces de simbolizar ninguna lucha justa o con sentido.
Decontextualizando la historia para que quepa en las noches del grito por televisa.
Eso es lo que da asco.

 
At 3:18 p.m., Blogger Alfredo Mora Manzano said...

SSSSSSSSSSSSSUUUUUUUUUUUUBBBBBIIIELAZOOO!!!!!!!!!!!!!

pero bacan loco, lo que yo no tengo es ningún aprecio por la poesía no porque no me guste sino de puro ignoramus

 
At 12:12 p.m., Blogger El Ogro said...

En cierto sentido mi caso es el mismo...
Pero la verdad, eso no me quita el sueño.

 

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